A lo largo de su trayectoria Mathias Goeritz mantuvo vínculos muy intensos con artistas, críticos e historiadores de la escena internacional; ocupó un lugar destacado en los debates sobre la modernidad en España y México, y estableció conexiones tanto en Europa como en Estados Unidos. Estas relaciones se reflejan en el conjunto de obras de otros artistas que Goeritz fue reuniendo a lo largo de su vida. En Los círculos de Goeritz se esboza el mapa afectivo y de complicidades que mantuvo con este amplio grupo de artistas a través de las obras que conservaba en su colección personal que, entre otras, incluye obras de Helen Escobedo, Chucho Reyes, José Luis Cuevas, Sebastian, Lake Vera y Pedro Friedeberg.
En el Portal Web Biografía y Vidas podemos encontrar los siguientes apuntes biográficos de este genial artista mexicano
Mathias Goeritz (Danzig, 1915 - Ciudad de México, 1990) Pintor, escultor y arquitecto mexicano, asociado a la tendencia de la abstracción constructiva. Mathias Goeritz cursó estudios de medicina en la Universidad de Berlín durante un año; las inquietudes del joven estudiante, sin embargo, eran de índole estética, por lo que se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de Berlín Charlottenburg, y estudió filosofía e historia del arte, disciplina en la que se doctoró. Viajó por Francia, Suiza, Checoslovaquia, Polonia, Austria e Italia, entre otros países.Se anuncia que la exposición estará abierta hasta el próximo 1 de mayo del 2019 con lo que hay suficiente tiempo para poder ir a visitar esta interesante exposición en Madrid.
En 1941 llegó a España y de ahí se trasladó a África del Norte. Al año siguiente se casó con Marianne Gast, escritora y compañera suya durante más de quince años. En España siguió su trabajo artístico al lado de importantes artistas de la vanguardia como Joan Miró y Ángel Ferrant. Impartió conferencias y fundó la conocida Escuela de Altamira. En Guadalajara (México), el arquitecto Díaz Morales fundó en 1949 la Escuela de Arquitectura e invitó a Goeritz para que impartiera una cátedra. Vivió un tiempo en Guadalajara y posteriormente, en 1952, se le encargó la construcción de un edificio en la ciudad de México y otros proyectos que forman parte, hoy día, del paisaje urbano. En México entró en polémica con el stablishment artístico de ese país; en una carta abierta, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros lo describieron como "un impostor sin el más insignificante talento ni preparación para ser un artista". A pesar de esto, en 1957 fue elegido director de diseño visual de la Escuela Nacional de Arquitectura y en ese mismo año, el gran arquitecto Luis Barragán le encargó que diseñara la entrada a la Ciudad Satélite, para la cual hizo cinco pilones de hormigón de sección triangular de alturas entre 36 y 58 metros; estas inmensas torres son su obra más sobresaliente en México. Interesado en la síntesis entre arte y arquitectura, anticipó algunas de las ideas que en los años sesenta desarrollarían los minimalistas americanos.
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