Mauricio García Lozano (México D.F., 1970) Es actor y director de teatro y ópera egresado del Centro Universitario de Teatro de la UNAM. Ha dirigido más de cincuenta puestas en escena en teatros tan importantes como el Palacio de Bellas Artes en México, el Théâtre d’Aujourd’hui en Montréal, De Doelen en Rotterdam, Queen Elizabeth Hall en Londres, La Cité de la Musique en París, el Palau de la Música en Barcelona o el Teatro Romano de Mérida en España. Ha dirigido para la Compañía Nacional de Teatro, para la Compañía Nacional de Ópera y para el New London Consort entre muchos ensambles destacados. Es fundador y director artístico de la compañía Teatro del Farfullero con la que ha firmado catorce montajes. Desde 1997 es maestro de actuación en el CUT, CasAzul y la ENAT. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores.
En la propia página web del Teatro Fernán Gómez podemos encontar una sinópsis de la obra:
Estrenada en el Teatro Español en 1932 trata, según las palabras del autor: ..de uno de esos temas eternos, más interesantes aun que el del amor: el de la personalidad.
Cosme, en estado de semilocura, no permite que nadie le vea dormir por miedo a hablar en sueños. Ha roto todos los espejos de la casa y tampoco permite que se le llame por su nombre. Cuando Laura, su mujer se dirige a él como “Cosme” el replica; “no, sino el otro”. Ante las preguntas de Ernesto, neuropsiquiatra y hermano de Laura, Cosme le cuenta lo sucedido: Estaba, pues, como te digo, aquí conmigo, cuando me anunciaron al otro. Me vi entrar como si me hubiera desprendido de un espejo, y me vi sentado ahí, donde tú estás... Me vi entrar, y el otro... yo... se puso como estoy, como estás. Y se me quedó mirando a los ojos y mirándose en mis ojos. Y entonces sentí que se me derretía la conciencia, el alma; que empezaba a vivir, o mejor a desvivir, hacia atrás, como en una película que se haga correr al revés... Empecé a vivir hacia atrás, hacia el pasado, a reculones, arredrándome. Y desfiló mi vida y volví a tener veinte años, y diez, y cinco, y me hice niño, ¡niño! y desnací... y morí. Me morí al llegar a cuando nací, a cuando nacimos. Morí, sí. Y al rato resucité; pero sentado ahí, donde tú estás, y aquí, donde estoy, estaba mi cadáver.
Seguramente que para los diletantes del buen teatro, ésta será una excelente oportunidad para disfrutar de una puesta en escena interesante y atractiva, bajo la dirección de un profesional mexicano del teatro como lo es Mauricio García Lozano.
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