Si se trataba de una gran ciudad —por decir Madrid, Barcelona, Zaragoza o Valencia— las opciones eran diversas y uno podía darse el lujo de escoger, pero si hablamos de ciudades más pequeñas entonces la oferta se reducía hasta llegar en muchos casos a una sola opción. Pero ya sea que se tratara de reuniones en algún restaurante, bar o sala habilitada para el efecto hasta la clásica reunión en la sala de algún amigo frente al televisor casero, lo cierto es que me parece que ningún mexicano en España se quedó ayer sin ver el encuentro Francia - México.
Por ejemplo, desde Barcelona nos llega la imagen de la Sala City Hall en plena Rambla de Cataluña en donde ayer se reunieron muchos fanáticos del balompié convocados por el inquieto paisano Ciro Medina Treviño y en donde pudieron gritar y emocionarse con el 2 -0 con el que finalmente se impuso el equipo azteca.
Aspecto de la Sala "City Hall" en Barcelona durante el partido Francia -México.
Fotografía cortesía de Ciro Medina Treviño
En Madrid hasta donde yo tuve conocimiento hubo por lo menos cinco sitios a donde diversos grupos de mexicanos acudieron a ver el encuentro, y en el resto de España se repitió más o menos el mismo patrón: lugares que funcionaron como punto de reunión para seguir la actuación de la oncena mexicana.
A diferencia del encuentro inaugural en el que el sentimiento fue de celebración agridulce, el triunfo histórico del día de ayer deja un sabor dulcísimo en la boca puesto que nos pone a un paso de la siguiente ronda con expectativas mucho más halagüeñas que otros que entraron como favoritos a este mundial.
El próximo encuentro frente al combinado de Uruguay se antoja muy complicado no sólo por la dificultad del partido en sí, sino porque no será transmitido en abierto aquí en España y únicamente podrá ser visto por aquellos que tengan contratado el sistema de televisión de pago.
¡Suerte México!
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