En estos días se ha anunciado con bombo y platillo la realización en la isla de La Palma, en el archipiélago canario, de la cuarta edición del Festival Hispanoamericano de Escritores que tendrá lugar del 4 al 9 de octubre de 2021 en Los Llanos de Aridane, isla de La Palma. Este Festival supone un encuentro entre escritores españoles y americanos, con la particularidad de que concederá espacio a los escritores españoles del conjunto de las islas, que ejercerán de anfitriones. Y este año cuenta con un invitado de lujo: México.
Escritores mexicanos de la talla de Rosa Beltrán, Carmen Boullosa, Gonzalo Celorio, Andrea Chapela, Christopher Domínguez, Ana García Bergua, Mateo García Elizondo, Jorge F. Hernandez, Hernán Lara Zavala, Mónica Lavín, Aurelio Major, Elmer Mendoza, Myriam Moscona, Antonio Ortuño, Cristina Rivera Garza, Alberto Ruy-Sánchez, Sealtiel Alatriste, Enrique Serna, David Toscana y Socorro Venegas, son algunas de las plumas de nuestro país que estarán presente en tan importante festival literario.
En la propia página web del festival podemos encontrar el siguente texto que nos habla acerca de los orígenes de este evento literario:Esta fiesta literaria convoca a muchas personalidades del mundo iberoamericano de la literatura y, especialmente en esta cuarta edición, a muchas plumas de muy alto calibre de la literatura mexicana.En el siglo XVI, la isla de La Palma recibió el privilegio de comerciar con América. La prosperidad de la isla, al principio de su historia moderna, se encuentra especialmente ligada a este hecho. La isla se convirtió enseguida en uno de los puertos más importantes del Imperio Español. Los otros puertos que atesoraban este privilegio eran Amberes y Sevilla. La isla de La Palma, por tanto, fue para los americanos, en aquel momento —primeros años de hispanidad—, la tierra española más próxima a América.
Es mucho lo común, lo compartido y lo asimilado entre América y La Palma. Se trata de territorios hermanados por diversos hitos históricos y un buen número de manifestaciones culturales, además de por la lengua. Migraciones de ida y vuelta, cultivos, gastronomía, la música popular, la arquitectura colonial, y —entre otras muchas cosas más—, la música del propio idioma español, que produce múltiples y diversas simpatías entre americanos y canarios. La Palma, como el conjunto de Canarias, es esa tierra a medio camino, atlántica, entre el territorio español peninsular y los países americanos de habla española (y viceversa).
En la Plaza de España de la ciudad de Los Llanos de Aridane se encuentran los laureles de Indias que los emigrantes de Los Llanos llevaron para su tierra a la vuelta de Cuba. El Cristo de la Salud, que se encuentra en la Iglesia de los Remedios, es un Cristo de Maíz moldeado en el siglo XVI por los indios Tarascos de México. El padre de la antropología social moderna, Malinowski, en su introducción —fechada en Yale University en 1940— al libro Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, de Fernando Ortiz, afirma: “He conocido y amado a Cuba desde los días de una temporada y larga estancia mía en las Islas Canarias, en la Isla de La Palma. Para los canarios, Cuba era la tierra de promisión, adonde iban los isleños a ganar dinero para retornar a sus nativas tierras en las laderas del Pico de Teide o alrededor de la Gran Caldera”.
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