
Luego de toda una vida de trabajo en Tijuana, un error de papeleo impide la jubilación de Rafael como empleado de limpieza en una fábrica. Lidia se entera de que, en la casa en la que es sirvienta hace décadas, la patrona al morir dejó toda la herencia al perro, y sólo en caso de morir el animal al dinero pasará a manos de los empleados. A su modo, solos y en silencio, ambos iniciarán una lucha: él contra una empresa, ella contra un perro. Curiosamente, estas luchas no se ven.
Ésta es la sinopsis...