Mariana Castillo Deball obtuvo la licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1997. En 2003 concluyó un programa de posgrado en Jan van Eyck Academie, en Holanda. Deball ha recibido los siguientes reconocimientos: Prix de Rome (2004); Zurich Art Prize (2012); Henry Moore Institute Fellowship (2012) y Preis der Nationalgalerie für junge Kunst (2013). En 2011 fue artista en residencia en el Berliner Künstlerprogramm de Deutscher Akademischer Austauschdienst (DAAD) en Berlín. Mariana Castillo Deball vive y trabaja en Berlín.
En la propia página del Museo Vasco de Arte Contemporáneo podemos enterarnos de los siguientes detalles de la exposición de nuestra paisana:
La exposición estará abierta hasta el próximo 13 de marzo del 2022, por lo que aún hay tiempo para poder acudir y encontrarse con la propuesta plástica de esta mexicana que actualmente se desempeña como profesora de escultura en la Kunstakademie de la ciudad alemana de Münster.Mariana Castillo Deball (Ciudad de México, 1975) ha conformado un vasto cuerpo de trabajo en el que ha abordado la forma en que el conocimiento y la cultura son producidos, representados y diseminados, insertándose en los intersticios entre ciencia, ficción, artes visuales y su relación con las maneras en que la historia precolonial mexicana ha sido apropiada e investigada en diferentes momentos.
Con una aproximación caleidoscópica a sus intereses, Castillo Deball se ha acercado a la arqueología, la ciencia, la literatura y la tecnología, y ha colaborado con museos e instituciones ajenas al ámbito del arte contemporáneo.
Desde sus obras tempranas, la artista ha explorado cómo el azar —producto del tiempo transcurrido, la erosión, la fragmentación y las intervenciones humanas, entre otros factores— determina en gran medida la forma en que aprendemos a describir el mundo y los relatos que elaboramos. Este interés la ha impulsado a investigar la historia de determinados artefactos —que ella llama “objetos incómodos”—, sus devenires, reproducciones, apropiaciones y desapariciones.
Sus estrategias formales a menudo se aproximan a las metodologías empleadas por arqueólogos para “atrapar” sus hallazgos. Estos objetos, o imágenes sucedáneas, se aproximan conceptualmente a la antigua noción nahua de ixiptla que puede interpretarse como representación, imagen, sustituto, pero también piel. Este concepto resulta indispensable para abordar muchos de los proyectos de Castillo Deball en la última década.
La palabra amarantus, que da nombre a la exposición, proviene del griego Αμάρανθος y designa a una flor que nunca muere —como la del amaranto, planta indispensable en la alimentación tradicional mexicana, que nunca se marchita. La flor de amaranto evoca la persistencia de esos “objetos incómodos”, restos materiales de devenires históricos azarosos que fascinan a Castillo Deball.
0 comentarios:
Publicar un comentario