Se proyectará un documental sobre el pintor Diego Rivera en la Casa de América de Cataluña

No cabe la menor duda que uno de los grandes pintores que ha tenido México es Diego Rivera, cuya fama se ha extendido más allá de nuestras fronteras. Su legado artistico es inmenso y las nuevas generaciones lo van descubriendo como un gran artista con una gran obra detrás. Pero además de su vida profesional, su vida privada también ha sido motivo de estudio, ya no sólo por sus preferencias políticas sino además por la vida amorosa, puesto que mantuvo relaciones con varias mujeres, destacando la que vivió con la también pintora Frida Kahlo.

Pues bien, el próximo martes 6 de marzo del 2018 a las 20:00 horas se proyectará en la Casa América de Cataluña el documental "Un retrato de Diego; la revolución de la mirada" (México, 2007, 80') dirigido por los cineastas mexicanos Gabriel Figueroa y Diego López y que está considerado como "...uno de los films más completos sobre la obra del gran muralista mexicano". La cita es en el número 299 de la calle Córsega, entresuelo, muy cerca de los Jardines del Palacio Robert en el Ensanche barcelonés.

En la propia página web de la Casa de América podemos leer lo siguiente:

Proyección de Un retrato de Diego: la revolución de la mirada (México, 2007, 80'), documental dirigido por Gabriel Figueroa y Diego López, uno de los documentales que aborda de forma más completa la obra del gran muralista mexicano Diego Rivera, a 60 años de su muerte. Ofrecemos un retrato de la vida del maestro mexicano, el vínculo entre su obra y la realidad, la influencia del nacionalismo en el arte y su vinculación con la estética y el contexto político, así como las reflexiones de artistas e intelectuales de la época actual. Presentación a cargo de la historiadora de arte mexicana Alma Reza.

Yo personalmente no he visto este documental, pero tomando en cuenta el tema, las personas que lo han realizado y los personajes que en él aparecen como José Luis Cuevas, Carlos Monsivais y una de sus hijas: Guadalupe Rivera Marín, pues apetece no dejar pasar la oportunidad de poder disfrutarlo.