La gente se detiene muchos minutos para contemplar esta recién nacida de cinco metros de largo construida con fibra de vidrio, poliéster y resinas. Pero lo curioso es que la "pequeña" también observa a la gente y lo hace desconfiada, quizá hasta un tanto molesta, con la canica de un color negro profundo que se asoma por la rendija del único ojo semiabierto, entre unos parpados hinchados por el traumatismo de un parto que pareciera haber tenido lugar unos cuantos minutos antes.
Yo ya había tenido la oportunidad de ver una obra de Mueck en la Tate Gallery de Liverpool: una obra de 1998 titulada "Ghost" que me impactó por lo realista de su detalle y por la posición tan poco "académica" de la modelo. Sin embargo, la obra que está expuesta en el CAC de Málaga es muchisimo más estremecedora por su tamaño, por el tema que maneja y por el hiperrealismo que alcanza niveles magistrales.
No sé si esto es arte o no. No sé si debiéramos enmarcarla más bien como una muestra de maestría o perfeccionamiento artesanal. Lo que sí tengo muy claro es que si entre las premisas básicas del arte está el conmover, el provocar una reacción, sacudir tu percepción y obligarte a pensar, esta obra de Ron Mueck lo ha logrado conmigo.
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