miércoles, abril 11, 2007

El "boom" del cine mexicano en España

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En la edición española de la revista mexicana Letras Libres me he encontrado con un simpático texto del escritor y crítico cinematográfico alicantino Vicente Molina Foix titulado "Del Santo al Fauno: Una crónica personal del boom cinematográfico mexicano en España"

En dicho texto se hace un rápido y mínimo repaso a la historia del cine mexicano que se proyectó en España desde las clásicas películas de Emilio "El Indio" Fernández hasta el cine de nuestros días, pasando por las obras de Felipe Cazals, Arturo Ripstein, Paul Leduc, Alberto Isaac, Luis Alcoriza, Rafael Gavaldón, René Cardona o el propio Luis Buñuel. Incluso, hasta recobra la época dorada el cine de luchadores, con las épicas películas del Santo dirigidas por Alfonso Corona Blake.

Todo ese prolegómeno para llegar a los tres directores mexicanos que, hoy por hoy, conforman el "boom" del cine mexicano en España (curiosamente con las peliculas menos mexicanas de la filmografía azteca): Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro.

Ilustración: Letras Libres/Luís Pombo
Y, lo que es cierto, es que el nombre de estos tres directores mexicanos ha traído de nuevo a la mente de los españoles la historia del cine mexicano con nombres muy recordados por estas tierras y títulos que las generaciones más maduras aún rememoran de aquella gran época de nuestro cine.

Las nuevas generaciones de españoles dudo mucho que sepan siquiera que hubo una época en España en la que el cine mexicano era muy apreciado y socorrido, además de que competía fuertemente con las películas hollywoodienses en el gusto del público. El mismo Molina Foix se plantea si este trío de cineastas disfruta con las peliculas de antaño:
Ellos forman el “trío calavera” del cine mexicano ahora triunfante en el mundo, pero se me ha ocurrido, mientras escribo esto, una duda. ¿Les gustarán a Cuarón, a González Iñárritu, a Del Toro, más jóvenes que yo pero más cinéfilos que nadie, las películas de El Santo? ¿Y las del “Indio”? Tengo que preguntárselo a Guillermo, a quien a veces me encuentro en una librería madrileña comprando cuentos románticos alemanes.

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