Carlos Vidal comenta sobre su obra "no puedo explicar por qué comienzo una forma; tengo, eso sí, una idea vaga del espacio que desea abarcar, de la sensación que deseo que esta cause. El color me viene dado por la forma, más a su vez toda forma es al mismo tiempo color, forma y color deberán por terminar siendo lo mismo. Cómo conjugar un hecho, una forma, que a la vez que existe, sea del todo imprecisa y nos permita diversas lecturas, una apariencia distinta a lo que es, que permita al espectador un sin fin de lecturas" concluye el pintor. En la página web de la Galería Espiral de Noja, Cantabria, podemos encontrar los siguientes datos biográficos de Carlos Vidal:
Pintor mexicano residente en España. En 1992 recibe el Primer Premio en el 2º Concurso Internacional de Pintura de la Fundación Barceló, Palma de Mallorca. En su pintura, de vocación figurativa, subyace, sin embargo, una matizada resolución abstracta que le sirve para fijar la imagen en el lienzo y así atraparla. Vidal, utiliza el pasado pictórico reciente al mismo tiempo que la tradición indigenista, para realizar composiciones orientadas hacia los bordes de la superficie de la tela, donde es frecuente el vacío y la tensión en vertical, provocando un hilo narrativo en donde todos estos elementos son conjugados de una manera nítida y argumental. Destacan sus exposiciones individuales en Galería Ramis Barquet, Monterrey, México (1994), Galería OMR, México D.F. (1995), Sa Nostra, Ibiza (1995), y Galería Michel Gillet, París (1996).
Les recordamos que la exposición podrá ser vista hasta el próximo 28 de enero del 2024 en las instalaciones del Centro Sociocultural Caleidoscopio de Móstoles en Madrid ubicado en el número 3 de la Avenida de Carlos V en Móstoles en un horario de lunes a viernes de 9:00 a 20:30 hrs.Su obra se encuentra en la Fundación Barceló de Palma de Mallorca, Museo del Palacio Nacional de Bellas Artes INBA de México D.F., y Fundación Sandak-Batta, Milán. Carlos Vidal deja fluir los gestos y el color, en una preferencia por una estética que puede denominarse barroca, si entendemos como tal el espesor de una aceleración, la poética del fragmento que mantiene una tensión con respecto a las partes. En su itinerario pictórico ha sido capaz de combinar el recurso de la figura con una dimensión gestual del color y el trazo, planteando una dialéctica entre el desorden y la geometría, produciendo hasta el límite la representación de las formas y los objetos que le obsesionan. El vértigo de mirar y luego no poder olvidar quedará recogido en los lienzos de Carlos Vidal como un ejercicio que recupera los residuos del sueño para contar breves historias, historias que invitan a ser descifradas y resueltas en el placer de mirar y perderse en el laberinto sin entrada ni salida de la imaginación. ”Yo recuerdo que pintaba pájaros, cabezas, beisbolistas, las cosas que me rodeaban, como iconografía es como siento que las cosas que me rodean siempre me han seguido”, dice. Entonces las imágenes de las revistas, de los periódicos, las cosas que ve en la calle, las de antes o las de ahora, siguen siendo los protagonistas de sus cuadros.
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