Galería Freijo presenta dos miradas singulares al México de mediados de siglo XX, en blanco y negro. En esta década de los años 50’s Armando Salas Portugal fotografía las construcciones del arquitecto exiliado Félix Candela, y Roberto Fernández Balbuena, arquitecto exiliado, fotografía los famosos ahuehuetes mexicanos. Ahora, unidos por el aroma de ese México moderno, Freijo presenta algunas instantáneas que llenan de nostalgia el espacio de la galería. En la propia página web de la Galería Freijo podemos ver algunos apuntes biográficos de los fotógrafos que presentan sus trabajos en esta exposición:
Les recordamos que la exposición podrá verse hasta el próximo 20 de julio del 2024 en las instalaciones de la Galería Freijo ubicadas en la calle Zurbano número 46 en pleno barrio de Chamberí en Madrid.Armando Salas Portugal, fotógrafo mexicano especializado en arquitectura, no es solo el referente de Barragán, sino que además es el responsable de haber inmortalizado esos cascarones y esos paraguas que corresponden a la “segunda vida” del arquitecto español Félix Candela durante su exilio en México. Candela se exilia en México donde en 1950 crea junto a sus hermanos Juan Antonio y Julia la empresa Cubiertas ALA, especializada principalmente en la construcción de forjados, estructuras ligeras de superficies regladas, tipo cascarón. Estas permitieron resolver esos grandes claros, principalmente a través de paraboloides hiperbólicos, derivados de las enseñanzas de Torroja, como se puede apreciar en las fotografías de la Iglesia de Palmira de Cuernavaca o Iglesia de la Virgen de la Medalla Milagrosa. Del mismo modo, los sistemas tipo paraguas desarrollados por Candela fueron especialmente utilizados dentro del ámbito industrial, en almacenes, como puede apreciarse también en las fotografías del Mercado de Jamaica o Deportes Pinedo, y que son consideradas hoy un referente de la arquitectura mexicana.
Roberto Fernández Balbuena, pintor y arquitecto, en 1914 gana el Gran Prix de Roma en el área de Arquitectura y es pensionado en Roma por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando durante los años 1916 y 1919. En 1937, es nombrado presidente de la Junta Delegada de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico, asentando lo que serían las bases para la protección del patrimonio artístico español. En 1938 es nombrado subdirector del Museo Del Prado, en sí director en función, estando Pablo Picasso en París, quien fungía como director. Tras su aclamada conferencia sobre Los Tesoros de España Durante la Guerra Civil, pronunciada por primera vez en Estocolmo en 1938 y posteriormente en ciudades como Ámsterdam y Copenhague, la Embajadora en Suecia, Isabel Oyarzabal de Palencia, solicita su nombramiento como Agregado cultural, hasta el año siguiente en el que el Gobierno de la República le nombra comisario del mismo para la Exposición Universal de Nueva York. En 1939 llega a México junto a una veintena de arquitectos exiliados, entre los que destaca Félix Candela. En México continuó pintado. En 1948, Hasselblad, tecnología óptica con la que ya estaba familiarizado tras su estancia en Suecia, saca al mercado su primera cámara fotográfica comercial. Con ella, y acompañado de un entonces precoz Juan Rulfo, fotografió la singularidad de la naturaleza mexicana: sus parques y arboladas, sombras y vegetación, siempre desde un enfoque de arquitecto. Coinciden pues en espacio y tiempo aquellas fotografías que Rulfo tomó de Lupita a la sombra de los Ahuehuetes, los magueyes o las ramas de los árboles, con las fotografías que aquí se presentan.
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