La experiencia de Alejandra con la literatura no es asunto reciente, pero en los últimos años se ha embarcado en el proyecto llamado "La última grupi", que es un blog alojado en la comunidad virtual del periódico El País. En ése espacio virtual la autora cuenta un poco la historia que hay detrás de la publicación de "Cuentos Chinos" y me he tomado la licencia de citarla textualmente para compartir con ustedes sus comentarios:
En septiembre de 2007 publicó su primer post en el blog «La última grupi» de la comunidad virtual de El País. Decidió bautizarlo con ese nombre porque su objetivo era dar forma escrita a casi dos décadas dedicada a promover a la música, los cantantes y, en general, a la cultura. Mexicana de nacimiento, por alguna razón que, de creer en el karma, le daría una respuesta, su vida desde muy pequeña, ha estado vinculada a España, así que no fue nada raro verle trabajando de guionista aprendiz con Jaime Darmiñan y con Jaime Salom en Madrid. O con Joaquín Sabina, por más de ocho años y con Luis Eduardo Aute, por más de tres giras en México, como promotora local.
Ellos mismos la recomendaron con Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Estos cuatro fueron su carta credencial para trabajar alguna vez con Serrat; con Amalia Rodríguez o con Miguel Ríos. Y así, de boca en boca, se fue convirtiendo en una joven empresaria que se ganó la fama de hacer eventos de primera calidad.
Para Jaime López diseñó “La Lengua es Redonda”. A Nacha Guevara la regresó a México con una calamitosa gira. A Silvio Rodríguez le llevó, por primera vez, al Zócalo de la Ciudad de México. Presentó a Compay Segundo en su último concierto en tierras mexicanas. Rescató a Enrique Guzmán del cabaret donde llevaba años. Produjo algunos discos y varios espectáculos.
Pero un buen día, decidió dar un giro a su vida. Y las circunstancias fueron haciendo el resto, hasta que terminó instalada en un pueblecito de Segovia. Es en este pequeño pueblo, donde nunca pasa todo, en el que inicia su actividad como bloguera.
Al cuarto post nostálgico, decidió dejar pendiente el recuento de su vida y comenzó a publicar una serie de cuentos breves a los que título «Cuentos Chinos».
Cada tanto publicaba alguno. Comenzó a ganar adeptos, los comentarios la animaban a continuar y, si pasaba algún tiempo sin hacerlo, sus lectores le reclamaban la ausencia.
Tras año y medio con este trabajo virtual, Trama Editorial le propone publicarlos, para lo cual hace una selección de los ya conocidos agregando algunos inéditos.
Audaz, como siempre ha sido, le envía a Luis Eduardo Aute una copia del original, pidiéndole su opinión. Él se la da en forma de generoso prólogo, que —como un extraordinario lujo— se incluye en la publicación.
Son pues, estos deliciosos y caóticos «Cuentos chinos» el sueño convertido en papel de una bloguera que nunca se planteó trascender más allá de la pantalla del ordenador.
No quisiera terminar esta entrada sin rescatar algunas de las palabras que Aute le prodiga a Alejandra en el prólogo de este libro: “…Es imposible no hacer referencia a algunas resonancias magistrales gravitando sobre estos «Cuentos chinos». Los universos transgresores de Borges, Cortazar, Galeano... y en algún momento los antipoemas de Parra no le son ajenos a la autora. Tal vez la impronta muy personal de su escritura clara, directa, coloquial, que va desgranando muy ágilmente en los cuentos, marque las distancias con los autores citados…”
Después de leer ésto le quedan a uno las ganas de bucear en las aguas orientales de ese mar de narraciones chinas que esta mexicana afincada en Segovia se ha lanzado a crear.
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