Después de casi un mes sin tocar mi bitácora por múltiples y diversos asuntos, me veo en la necesidad de escribir, aunque sean unas pocas lineas, para comentar algo que ya muchos sociólogos, antropólogos y ensayistas han tratado sobre la "idiosincrasia" (algunos lo prefieren llamar "indiosingracia") del mexicano.
No está en mi, ni es mi papel ahora, ahondar en ese estudio ni aportar caracteristicas nuevas que no se hayan descifrado antes. Realmente, el único pretexto para escribir este mensaje, es comprobar que tales rasgos son distintivos de la colectividad mexicana y se siguen haciendo patentes en nosotros a pesar de la evolución normal y constante de la sociedad humana.
El mexicano todo lo deja para el final. Y, es más, siempre está a la espera de que se amplíe el término para hacer un pago, porque indebidamente se le ha "acostumbrado" a que siempre sucede asi y que los plazos fatídicos (salvo el de la muerte que no acepta ampliaciones) siempre son alargados con un periodo "extraordinario". Y con esa concha nos confiamos y dejamos para el final nuestras obligaciones. No nos corre prisa y la cultura del "mañana..." se hace presente. Al fin y al cabo, como van a alargar el plazo, siempre me quedará el último día del ultimisimísimo plazo para cumplir con mis obligaciones.
Y así estamos acostumbrados a ver la cola para el pago de los impuestos, la tenencia del coche, la inscripción en la escuela o simplemente la fila en la taquilla del cine incluso después de que ya se ha iniciado la película.
Asi somos los mexicanos: desidiosos, valemadristas y... huevones. ¿Qué le vamos a hacer? Esa es nuestra "idiosincrasia". Asi nacimos y asi nos vamos a morir.
Cierto es que también hay muchos, muchisimos mexicanos que no se ajustan a ese perfil. Pagan a tiempo sus obligaciones, se comprometen, son puntuales, ordenados, tratan de dar una buena impresión de sí...pero esos siempre terminan "enlodados" por la mala impresión que dejan los otros, los hombres del "mañana" o del "ya merito".
Al final pagan justos por pecadores. Es una lástima pero la realidad es así. ¿Alguna vez podremos revertir esa situación y que los miles de mexicanos que son congruentes con sus actos opaquen y minimizen a los desidiosos? Quizás a mí ya no me toque verlo... me temo.
Ahh, por cierto, todo este rollo ha venido a cuento porque hoy se ha cancelado la comida prevista para el 3 de julio en Madrid. Ayer era el último día para pagar y sólo lo habían hecho 4 gentes...
www.mexicanosenespana.com/reservaciones.htm
such is the life in the tropic...
No está en mi, ni es mi papel ahora, ahondar en ese estudio ni aportar caracteristicas nuevas que no se hayan descifrado antes. Realmente, el único pretexto para escribir este mensaje, es comprobar que tales rasgos son distintivos de la colectividad mexicana y se siguen haciendo patentes en nosotros a pesar de la evolución normal y constante de la sociedad humana.
El mexicano todo lo deja para el final. Y, es más, siempre está a la espera de que se amplíe el término para hacer un pago, porque indebidamente se le ha "acostumbrado" a que siempre sucede asi y que los plazos fatídicos (salvo el de la muerte que no acepta ampliaciones) siempre son alargados con un periodo "extraordinario". Y con esa concha nos confiamos y dejamos para el final nuestras obligaciones. No nos corre prisa y la cultura del "mañana..." se hace presente. Al fin y al cabo, como van a alargar el plazo, siempre me quedará el último día del ultimisimísimo plazo para cumplir con mis obligaciones.
Y así estamos acostumbrados a ver la cola para el pago de los impuestos, la tenencia del coche, la inscripción en la escuela o simplemente la fila en la taquilla del cine incluso después de que ya se ha iniciado la película.
Asi somos los mexicanos: desidiosos, valemadristas y... huevones. ¿Qué le vamos a hacer? Esa es nuestra "idiosincrasia". Asi nacimos y asi nos vamos a morir.
Cierto es que también hay muchos, muchisimos mexicanos que no se ajustan a ese perfil. Pagan a tiempo sus obligaciones, se comprometen, son puntuales, ordenados, tratan de dar una buena impresión de sí...pero esos siempre terminan "enlodados" por la mala impresión que dejan los otros, los hombres del "mañana" o del "ya merito".
Al final pagan justos por pecadores. Es una lástima pero la realidad es así. ¿Alguna vez podremos revertir esa situación y que los miles de mexicanos que son congruentes con sus actos opaquen y minimizen a los desidiosos? Quizás a mí ya no me toque verlo... me temo.
Ahh, por cierto, todo este rollo ha venido a cuento porque hoy se ha cancelado la comida prevista para el 3 de julio en Madrid. Ayer era el último día para pagar y sólo lo habían hecho 4 gentes...
www.mexicanosenespana.com/reservaciones.htm
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