Realmente su nombre es poco conocido y se sabe poco de él, pero en cuanto va uno adentrándose en su biografía nos vamos dando cuenta que es un artista verdaderamente importante con destacadas contribuciones en muchas partes de México y fuera de él. "Daniel Ponce Montuy, nace el 25 de octubre de 1925 en Frontera, Centla, Tabasco. Se le llegó a conocer como el pintor de los andamios, pues a sus setenta años seguia pintando murales. Su carrera como pintor la inició en 1950...Montó su primera exposición en 1970 con obras en las que usó un procedimiento tecnico que bautizara como "tecnica Montuy", la cual consistía en pintar sobre triplay de fibra de vidrio, con arena sílica y acrílico..."
En las páginas de la edición digital del periódico La Vanguardia se puede leer un interesante artículo sobre la exposición en Málaga de este pintor mexicano, mismo que animamos a que lo lean completo, y del cual hemos entresacado estos párrafos:
Daniel Ponce de Montuy nació en 1925 en el estado de Tabasco, donde creció y vivió la mayor parte de su vida, y donde se conserva la mayor parte de su obra, tanto de murales como de cuadros.Serán pocos días ciertamente los que estará su obra expuesta en Málaga pero afortunadamente podremos ver en esta ciudad andaluza una muestra importante de la obra de este pintor y muralista mexicano que, a pesar de no ser tan famoso como otros, tiene una trayectoria importante que lo hacen ser un artista digno de ver, observar y admirar.
Los especialistas y críticos de arte le reconocen el valor de ser eslabón de aquella magistral generación muralista que ha prolongado la pintura universal del grupo de maestros mexicanos, el 'de los tres grandes': Siqueiros, Rivera y Orozco. Con los dos últimos comparte el mérito de haber plasmado su pintura en el zócalo de Ciudad de México, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Las clases de historia de su profesor Pellicer y la tendencia posrevolucionaria que se vivía en México durante su juventud le influyeron profundamente, siendo un artista humanista y comprometido con sus ideas y con su tiempo.
Les agradezco su publicación, sin embargo, por favor les pido que cuando publiquen algo, no sólo reproduzcan lo que ven sobre el tema en internet o si lo hacen, porlo menos, coloquen las comillas que son parte de la escritura seria y hagan la referencia a quien dijo lo que están transcribiendo, de menos como lo hicieron refiriéndose al artículo de Vanguardia. Lo digo por las dos informaciones equivocadas que dan con respecto a que Montuy fue mejor conocido como "el pintor de los andamios" afirmación hecha por un supuesto historiador de la UJAT (Universidad Juárez Autónoma de Tabasco), Miguel Angel Macdonell, que afirmó tal barbaridad en su participación en el catálogo sobre muralistas en la UJAT de Tabasco que publicó la UJAT, con pésimas fotografías y con información irresponsablemente incorrecta. Asimismo, no es cierto que Montuy en 1950 ya tuviera la técnica a la que él bautizó con su segundo apellido. Les digo cuál es la realidad: el maestro Daniel Ponce Montuy nunca quiso que le llamaran Ponce por las diferencias que tuvo con su padre acerca de su elección para ser artista, que no pintor, como él mismo decía refiriéndose a este término, de que "...el artista es el que vende lo que pinta y el pintor es el que pinta lo que vende..." (palabras más menos). A Montuy todas las personas que lo conocieron, tanto admiradores como detractores, lo llamaron Montuy cuando él vivió; sin embargo cuando murió, precisamente ese tal Macdonell al que me refiero organizó una exposición en la Casa de la Cultura de la UJAT en la que, faltando al respeto al apellido y la firma del artista que fue Montuy, lo anunciaron como Daniel Ponce y exhibieron dos cuadros que, por lo que me di cuenta habían pertenecido al gran Poeta de América, Carlos Pellicer Cámara, admirador, promovente y amigo de Montuy; uno de estos, parece ser que de 1962, sobre la Pasión de Cristo y otro que conozco muy bien y que cuando fui con mi esposa, lo habían retirado de la exposición, tal vez por las habladas de la mojigatería y la "intelectualidad" tabasqueña y que se titula "Radiografía de la ambición", habla justamente de todo lo que ya sucedía en nuestro planeta y que conlleva siempre al genocidio de la especie humana. Las dos obras de excelente factura pero, claro, para la sociedad retrógrada y para los historiadores que sólo están acostumbrados a la historiografía y no al análisis que demanda el materialismo histórico, obras como la que mencioné entre comillas , dañan su fingida delicadeza y como decía el mismo Montuy "...Yo no pinto para débiles emocionales. La gente se identifica con mi obra, le recuerda preceptos olvidados, la acepta emocionado o la rechaza indignado; en cambio, muchos la repudian, porque hiere sus múltiples intereses o devaneos, pero yo no pinto para ellos".