Para todos los que disfrutamos de la música simpática, pegajosa y mordaz del grupo "Botellita de Jerez" el nombre de Sergio Arau (a.k.a "el Uyuyuy") no nos resulta desconocido puesto que fue el guitarrista y compositor de temas tan entrañables como "Alármala de tos" "Charrock and roll" "Niña de mis ojos", "Mi Frida sufrida", etc.
No sólo como músico, la expresión artística de Sergio se ha prodigado en el campo de la ilustración, la historieta y el diseño gráfico. Famosa era aquella tira que publicaba los domingos en "La Jornada semanal" con sus sirenas e imágenes oníricas.
Pues bien, después de algún tiempo sin saber de él, hace unos meses comencé a leer por Internet noticias acerca de su película "Un día sin mexicanos" Me llamó sobretodo la atención la exposición mediática que hablaba de premios, participaciones en festivales y recaudación en taquilla.
Ahora que estamos disfrutando en Málaga del 8º Festival de Cine he tenido la oportunidad de poder ver el primer largometraje de Sergio con la prespectiva que da el tiempo y la distancia que marca la ausencia de México.
En general me gustó la película aunque creo que para entenderla en toda su dimensión habría que observarla a través de la filosofía del "guacarrock" porque la cinta está plagada de multiples referencias del humor característico del "Uyuyuy". Quizá para los que no han conocido las letras de las canciones de Botellita de Jerez la película sea un plantemiento simplista y lleno de tópicos
acerca del tema de la inmigración mexicana en los Estados Unidos, sin embargo, son los constantes juegos de palabras y los guiños visuales cargados de ironía y humor ácido los que le otorgan una dimensión interesante a la película.
Evidentemente se palpa una inmadurez en el tratamiento del texto que pudo haber sido más profundo, pero el manejo visual y, sobretodo, el manejo de la ironía, hace que sea una película mucho más interesante que otras mexicanas que a últimas fechas he podido ver.
Además encontramos cameos tan simpáticos como el de Fernando Arau (¿se acuerdan de Cachún Cachún ra ra?) actuando de indocumentado "regando" los cactus del desierto fronterizo con sus líquidos vitales; el de Joaquín Garrido (gran actor y profesor del CUEC en la época de Héctor Mendoza, Luis de Tavira, Arturo Beristain, Julieta Egurrola, Rosa María Biachi, Humberto Zurita, etc.), como el simpatico José o, el mismo Sergio, actuando como guitarriasta del grupo liderado por Eduardo Palomo (en una de sus ultimas actuaciones antes de fallecer).
Muchos colectivos de latinoamericanos han aplaudido esta película porque pone el dedo en la llaga en muchos de los topicos que abundan en la sociedad norteamericana, como por ejemplo aquel en el que etiqueta de "mexicanos" a todos los latinoamericanos.
La pelicula acierta en la denuncia del problema y la situación de los inmigrantes en ese país, pero tambien es cierto que no se puede soslayar al resto de colectivos que conforman una sociedad como lo hace claramente el director.
Y yo me planteo después de haberla visto, que muy bien se podría trasladar el planteamiento de Arau a Europa, especialmente en España, y en lugar de preguntarse que pasaría si se diera un día sin mexicanos, cambiarlo por "un día sin marroquies" o "sin subsaharianos" o "sin europeos del este" o "sin latinoamericanos" o, "sin inmigrantes", en general.
Evidentemente sería un caos, como tambien si se diera "Un día sin médicos" o "sin comerciantes" o "sin profesionistas", por ejemplo...
No sólo como músico, la expresión artística de Sergio se ha prodigado en el campo de la ilustración, la historieta y el diseño gráfico. Famosa era aquella tira que publicaba los domingos en "La Jornada semanal" con sus sirenas e imágenes oníricas.
Pues bien, después de algún tiempo sin saber de él, hace unos meses comencé a leer por Internet noticias acerca de su película "Un día sin mexicanos" Me llamó sobretodo la atención la exposición mediática que hablaba de premios, participaciones en festivales y recaudación en taquilla.
Ahora que estamos disfrutando en Málaga del 8º Festival de Cine he tenido la oportunidad de poder ver el primer largometraje de Sergio con la prespectiva que da el tiempo y la distancia que marca la ausencia de México.
En general me gustó la película aunque creo que para entenderla en toda su dimensión habría que observarla a través de la filosofía del "guacarrock" porque la cinta está plagada de multiples referencias del humor característico del "Uyuyuy". Quizá para los que no han conocido las letras de las canciones de Botellita de Jerez la película sea un plantemiento simplista y lleno de tópicos
acerca del tema de la inmigración mexicana en los Estados Unidos, sin embargo, son los constantes juegos de palabras y los guiños visuales cargados de ironía y humor ácido los que le otorgan una dimensión interesante a la película.
Evidentemente se palpa una inmadurez en el tratamiento del texto que pudo haber sido más profundo, pero el manejo visual y, sobretodo, el manejo de la ironía, hace que sea una película mucho más interesante que otras mexicanas que a últimas fechas he podido ver.
Además encontramos cameos tan simpáticos como el de Fernando Arau (¿se acuerdan de Cachún Cachún ra ra?) actuando de indocumentado "regando" los cactus del desierto fronterizo con sus líquidos vitales; el de Joaquín Garrido (gran actor y profesor del CUEC en la época de Héctor Mendoza, Luis de Tavira, Arturo Beristain, Julieta Egurrola, Rosa María Biachi, Humberto Zurita, etc.), como el simpatico José o, el mismo Sergio, actuando como guitarriasta del grupo liderado por Eduardo Palomo (en una de sus ultimas actuaciones antes de fallecer).
Muchos colectivos de latinoamericanos han aplaudido esta película porque pone el dedo en la llaga en muchos de los topicos que abundan en la sociedad norteamericana, como por ejemplo aquel en el que etiqueta de "mexicanos" a todos los latinoamericanos.
La pelicula acierta en la denuncia del problema y la situación de los inmigrantes en ese país, pero tambien es cierto que no se puede soslayar al resto de colectivos que conforman una sociedad como lo hace claramente el director.
Y yo me planteo después de haberla visto, que muy bien se podría trasladar el planteamiento de Arau a Europa, especialmente en España, y en lugar de preguntarse que pasaría si se diera un día sin mexicanos, cambiarlo por "un día sin marroquies" o "sin subsaharianos" o "sin europeos del este" o "sin latinoamericanos" o, "sin inmigrantes", en general.
Evidentemente sería un caos, como tambien si se diera "Un día sin médicos" o "sin comerciantes" o "sin profesionistas", por ejemplo...