Leyendo su texto recordé que al pié de ese árbol, desde hace unos años, reposan parte de las cenizas de nuestro querido amigo el poeta e intelectual mexicano Alejandro Aura. Yo fui parte del grupo de amigos que acompañamos a su viuda Milagros Revenga a depositar, al pie de ese centenario árbol, una parte del poeta; ahuehuete que ahora recobra protagonismo en el texto del blog al que me estoy refiriendo.
En el blog de Marcelo Galván podemos encontrar interersantes párrafos como éste:
El "Ahuehuete" es originario de México. Debe su nombre a la lengua náhuatl (idioma de varias de las culturas que poblaron el México pre-colombino), entre cuyas acepciones podemos encontrar: "Árbol que nunca envejece" o "El viejo de agua". Crece siempre cerca de ríos, zonas pantanosas, manantiales o corrientes subterráneas; lo cual tal vez explica el porqué de este último nombre. Su denominación científica es "Taxodium mucronatum" (variante de ciprés), y coloquialmente se le conoce también como "ciprés calvo" o "sabino". Los antiguos mexicanos lo veneraron como sagrado y por eso ha jugado un papel muy importante en la vida ritual y mágica de su pueblo, desde la fundación de Tenochtitlan hasta nuestros días.Les recomendamos ampliamente la lectura de este texto que habla sobre la historia de un árbol que, por varios motivos, se relaciona en España con México y los mexicanos, y cuya subsistencia al parecer está peligrando.
0 comentarios:
Publicar un comentario