viernes, diciembre 27, 2019

Se cumplen 60 años del fallecimiento de Alfonso Reyes, escritor mexicano que vivió en España

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La Revolución Mexicana iniciada en 1910 produjo, entre otras lamentables consecuencias, el éxodo de muchisimas personas que tuvieron que dejar México y buscar refugio en otros países. España, fue una de las principales naciones que acogieron a mexicanos en aquellos años tan aciagos. Evidentemente era gente que estaba en peligro y que debía salir del país para conservar la vida. Uno de esos mexicanos que vivió en España durante varios años fue el escritor, diplomático y pensador Alfonso Reyes Ochoa (1889-1959) quien precisamente el día de hoy 27 de diciembre cumple 60 años de haber fallecido.

Reyes fué un escritor muy prolífico, y algunas de sus obras torales las escribió mientras residió en  España: textos como Cartones de Madrid, Visión de Anáhuac, Simpatías y Diferencias  o Ifigenia Cruel. Obras que han servido de faro guía para muchas generaciones posteriores de escritores.  Alfonso Reyes, además de ser escritor, tuvo una importante vida diplomática y en España tuvo varios cargos en la Embajada de México en éste país. Por lo que se puede decir, sin lugar a dudas, que la presencia de Reyes como un Mexicano en España fue muy importante.


En la Enciclopedia Digital Wikipedia podemos encontrar, además de su extensa biografía, una sección dedicada a la vida de Alfonso Reyes en España:
Reyes se exilió luego en España, donde residió desde 1914 hasta 1924. Esta época será la de su mejor período de creación y en la que se convertirá, al mismo tiempo, en gran escritor y maestro de la investigación literaria.
En España, donde pasó apuros económicos, se consagró a la literatura y la combinó con el periodismo; trabajó en el Centro de Estudios Históricos de Madrid bajo la dirección de Don Ramón Menéndez Pidal. En 1919 fue nombrado secretario de la comisión mexicana "Francisco del Paso y Troncoso", año en el que efectuó la versión en prosa del Cantar de mio Cid.
Varios de sus amigos lo instaron a naturalizarse español, pues así podría desempeñar un puesto en el gobierno, pero Reyes no siguió el consejo. Alguna vez se le presentó una oferta para la enseñanza, pero la rechazó. Se interesó en la estética de Benedetto Croce. Publicó numerosos ensayos sobre la poesía del Siglo de Oro español, entre los que destacan: Barroco y Góngora; además, fue uno de los primeros escritores en estudiar a sor Juana Inés de la Cruz. De 1917 son Cartones de Madrid, su breve y magistral obra, Visión de Anáhuac, El suicida, y de 1921, El cazador. Fue colaborador de la Revista de Filología Española, de la Revista de Occidente y de la Revue Hispanique. Son notables sus trabajos sobre literatura española, sobre literatura clásica antigua y sobre estética, entre los que destacan, de esa época, Cuestiones estéticas (1911). En España organizó una ceremonia el 11 de septiembre de 1923 en el Real Jardín Botánico de Madrid para honrar la memoria del poeta simbolista Stéphane Mallarmé.
A partir de 1924 desarrolla una vida diplomática y social en París, Buenos Aires y Río de Janeiro. Traduce a Mallarmé y edita su propio correo literario: Monterrey, publicado a partir de 1930. Se cartea con amigos dispersos por todo el mundo y dicta discursos, conferencias y contribuye a homenajes y reuniones culturales.
Publica, entre otros, Cuestiones gongorinas (1927), Capítulos de literatura española (1939-1945), Discurso por Virgilio (1931). De su obra poética, que revela un profundo conocimiento de los recursos formales, destacan Ifigenia cruel (1924), Pausa (1926), 5 casi sonetos (1931), Otra voz (1936) y Cantata en la tumba de Federico García Lorca (1937).
Dejó asimismo una valiosa obra como traductor (Laurence Sterne, G. K. Chesterton, Antón Chéjov) y como editor (Ruiz de Alarcón, Poema del Cid, Lope de Vega, Gracián, Arcipreste de Hita, Quevedo). 
Nos encanta recordar de vez en cuando la vida de estos ilustres personajes que han dejado profunda huella de su paso por el Viejo Continente como Mexicanos en España.

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